VIDELA IS DEAD

Hay una frase que está circulando por las redes sociales que dice: “No hay que festejar la muerte de Videla, sino lamentarse por su nacimiento”, ingeniosa expresión que me dejó pensando durante unos minutos mientras compartía con quien se me cruzaba la alegría de aquel deceso. Pero inmediatamente imaginé que cualquier milico de la época, formado bajo los mismos libretos de la Escuela de las Américas, podría haber ocupado su lugar y haber cometido los mismos crímenes contra la humanidad. Le tocó en suerte (o mejor dicho, en desgracia) a Videla, Massera y Martínez de Hoz (los tres ya fallecidos) ser los exponentes políticos y económicos más visibles del régimen represivo más cruel que padeció nuestra Sudamérica. 

Repudiados por la sociedad y condenados a cárcel común por el actual Estado democrático, los represores de la última dictadura supieron edificar y mantener un pacto de silencio que continúa hasta nuestros días. La existencia de documentación oficial producida por los burócratas de turno, es un secreto a voces que nunca fue develado por nadie. Lamentablemente, a medida que pasa el tiempo, uno a uno los represores van muriendo y con ellos se llevan todos sus secretos e informaciones, ejerciendo así hasta nuestros días una prolongación de aquel terrorismo de Estado, porque mientras no se sepa el destino final de los 30 mil detenidos-desaparecidos y no se encuentre al último nieto secuestrado, el legado de Videla y compañía seguirá en el presente. 

Por lo pronto, mientras Videla comienza “a ver crecer las flores desde abajo”, el próximo 25 de Mayo todo un pueblo va a festejar el nacimiento de una nueva etapa política en la Argentina. 

(*) Periodista e hijo de desaparecidos 

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